Apasionada por el paisaje urbano, Vanessa Augrain aprovecha la fuerza visual de edificios y puentes, para enmarcar la silueta del skyline y su transformación desde el amanecer hasta el ocaso. Por otro lado, para ella son muy importantes los jardines; esos magníficos espacios de encuentro entre lo natural y lo urbano. En sus flores, hojas y cuerpos de agua, encuentra el objeto para potenciar la tenacidad radiante y colorida de su paleta, construyendo escenas que nos atraen por su fuerza emocional y su dinamismo expresivo. En síntesis, descubre el potencial simbólico de la ciudad contemporánea como fuente de esperanza. Un punto de vista alentador, procedente de la voluntad franca de esta denodada artista.